(Original)Rechazo escolar En primer lugar, el rechazo escolar es una problemática lo suficientemente frecuente, significativa y universal desde el punto de vista educativo. En segundo lugar, el rechazo escolar es producto de la interacción de variables tanto personales como ambientales. En una gran mayoría, los niños que rechazan la escuela pueden ser calificados como víctimas de las circunstancias y presiones ambientales, de las exigencias de adaptación a un ambiente nuevo, difícil y a veces hostil y de situaciones adversas generadoras de tensión, temor o ansiedad. Es cierto que hay niños más vulnerables que otros y que sucumben con mayor facilidad a las presiones ambientales. Las características personales, tales como la dependencia y la tendencia a la depresión y al aislamiento, son variables que predisponen al niño hacia conductas de disgusto por la escuela. Pero el rechazo escolar tiene que ser concebido y entendido como el producto de la interacción entre la vulnerabilidad personal y la presión ambiental. En tercer lugar, los esfuerzos terapéuticos deben dirigirse hacia la adquisición y fortalecimiento de destrezas conductuales que hagan al niño menos vulnerable y sensible ante el medio.